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Community Manager. Agencia de Comunicación Sanitaria en Ourense

Bulos sobre coronavirus

Los bulos sobre el nuevo coronavirus concentran gran parte de la conversación en redes sociales, según el Informe ‘Bulos sobre coronavirus’, editado por el Instituto #SaludsinBulos, que contaba con la colaboración de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH). #SaludsinBulos monitorizó durante tres semanas (del 23 de enero al 26 de febrero) los mensajes en la red social Twitter para conocer qué temas suscitan el interés de los españoles en relación a esta epidemia. «El coronavirus se ha convertido en el tema de muchos bulos, se cuestiona su origen, cómo se transmite o si se creó en un laboratorio», indica Carlos Mateos, coordinador de #SaludsinBulos.

La escucha en redes sociales, que se realizó con la herramienta de monitorización Atribus, indica que los bulos sobre el coronavirus que más interés despiertan en Twitter España son la relación entre el virus y los paquetes procedentes de China, las declaraciones del doctor Pedro Cavadas lanzando sospechas sobre la verdad del coronavirus y los supuestos remedios para combatir esta infección. En total, 1.793 usuarios conversaron sobre estos bulos, con 2.074.418 de impresiones o posibles impactos en usuarios. En el caso de Aliexpress los usuarios fueron 647 y llegaron a 1.259.220 impresiones.

«Los bulos con más engagement o difusión están basados en memes, imágenes y vídeos con un tono de humor. Es la forma de desinformación más eficaz porque llama la atención y emociona y, al mismo tiempo, se comparte más porque parece inofensivo. Sin embargo, crea un estado de opinión y resta credibilidad a las informaciones veraces. Lo hemos visto en el ámbito político y está sucediendo también en humor», destaca.

Uno de los bulos que más se repite es que el virus fue creado en un laboratorio, algo que desmiente la doctora Inmaculada Salcedo, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y vicepresidenta de la SEMPSPH: «Aún no está claro su origen, pero los estudios filogenéticos revisados hasta la fecha apuntan a que muy probablemente el virus provenga de murciélagos y que de allí pasase al ser humano a través de mutaciones o recombinaciones sufridas en un hospedador intermediario, probablemente algún animal vivo del mercado de Wuhan (donde aparte de marisco se vendían otros animales vivos). El animal que por ahora se cree que es el hospedador intermedio es el pangolín. Se observaron varios linajes de este virus ya que al ser hospedador de los murciélagos y estos convivir de forma muy estrecha entre ellos, existe una gran capacidad de evolución y creación de nuevas cepas».

Otra causa de desinformación en el coronavirus son las alertas injustificadas, según recoge el informe, como la que está basada en las mutaciones del virus, cuando es algo normal, según el doctor Fernando Fariñas Guerrero, del Instituto de Inmunología Clínica y Enfermedades Infecciosas. «Esto es casi universal en todos los virus ARN que producen infecciones agudas (coronavirus, gripe,…) o crónicas (HIV, HCV,…). Las mutaciones pueden ser positivas (dan beneficio al virus), negativas, pudiendo el virus desarrollar lo que se llama selección purificante (se «autoaniquila»), o neutras, donde el virus ni gana ni pierde nada a nivel de su comportamiento biológico», explica. Por ahora «las mutaciones detectadas en el coronavirus Wuhan no parecen haber cambiado su comportamiento en cuanto a la tasa de letalidad», añade.

Recomendaciones para detectar los bulos sobre coronavirus

• Busca la fuente. Al recibir una información relacionada con el coronavirus, fíjate de dónde procede. Desconfía de informaciones que no procedan de fuentes oficiales o institucionales, o que no cuenten con la colaboración y el respaldo de profesionales sanitarios identificables y con experiencia.

• No reenvíes de forma automática. Es habitual reenviar a familiares y amigos informaciones de salud que nos llegan a nuestras redes sociales y más aún si abordan asuntos de interés general como el coronavirus. No lo hagas. Piensa y contrasta antes de decidir reenviar una noticia sobre el coronavirus, muchas de ellas son bulos.

• Sé crítico. Debes saber que una de cada tres noticias de salud que son difundidas en Internet resultan ser falsas. Sé crítico ante titulares muy llamativos o noticias alarmantes sobre la epidemia. Esta actitud te ayudará a reconocer los bulos y no compartirlos.

• Las pseudoterapias nunca son la solución. En paralelo a la epidemia de coronavirus que estamos padeciendo globalmente, han aparecido numerosos «tratamientos milagro» que aseguran curar la enfermedad o prevenirla. Todas estas pseudoterapias son falsas, peligrosas para la salud y buscan un beneficio económico. Si recibes una información de este tipo, no la compartas y denúnciala.

• Recurre a páginas web fiables. Para informarte sobre el coronavirus, no acudas al doctor Google ni a fuentes desconocidas. Busca en páginas web y cuentas en redes sociales de organismos oficiales como el Ministerio de Sanidad, sociedades científicas con información al ciudadano y entidades reconocibles y acreditadas, así como profesionales sanitarios. Estas webs y profesionales informan citando las fuentes científicas en que se basan, apoyándose siempre en datos verificables.

• Contrasta las fotos y vídeos. Algunos bulos que están llegando estos días sobre el coronavirus vienen acompañados de imágenes de presuntos escenarios de la epidemia o de personas que supuestamente fallecen de repente. Suelen ser imágenes falsas, de otros lugares y fechas. Existen buscadores inversos de imágenes para comprobar el origen.

• Cuidado con datos falsos. A menudo aparecen citados datos para convencer de la veracidad de un bulo, pero son falsos. No te dejes impresionar con las cifras y contrata que sean ciertas.

• No te dejes llevar por el pánico.Es natural sentir preocupación ante la propagación del coronavirus y tener la necesidad de conseguir información. Son emociones humanas comprensibles, pero ten en cuenta que los bulos de salud se alimentan de tu miedo. No sucumbas al miedo irracional que pretenden los difusores de estas peligrosas noticias falsas. Ante el pánico, información veraz y de calidad.

• Consulta fuentes oficiales. El Ministerio de Sanidad cuenta con información actualizada sobre el coronavirus en su página web y la web de la Organización Mundial de la Salud abrió una sección con los bulos más habituales del coronavirus.

• Denuncia. En la web de #SaludsinBulos hay un apartado desde el que cualquier ciudadano puede contactar con el equipo y denunciar un posible bulo sobre el coronavirus. Además, tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional cuentan con unidades específicamente dedicadas a investigar delitos telemáticos y es posible contactar también con ellos para denunciar bulos.

Informe Bulos sobre Coronavirus 2020

Redes sociales y profesionales sanitarios

Las redes sociales requieren que los profesionales sanitarios, sociedades científicas y administraciones salgan de la zona de confort

Redes Sociales en al ámbito sanitario: inmediatez frente a fiabilidad

La inmediatez y la accesibilidad son dos de los pilares de Internet y, principalmente, de las redes sociales. Permiten conocer lo que está ocurriendo en cualquier parte del mundo en tiempo real o informarnos sobre asuntos de nuestro interés de forma rápida. Estas virtudes están rodeadas de una peligrosa niebla; un porcentaje elevado de la información que circula por la red es de dudosa fiabilidad, algo que se convierte en potencialmente peligroso, incluso mortal, cuando nos referimos a cuestiones sanitarias.

Internet es el primer canal de información y consulta sobre salud. 8 de cada 10 pacientes acude a Google para consultar temas de salud, situándose por encima de opciones como consultar al médico o al farmacéutico, lo cual hacen 7 de cada 10 pacientes y 5 de cada 10, respectivamente. Y del 80 por ciento que acude a Google, 1 de cada 7 repite la misma búsqueda en las redes sociales. Nutrición y hábitos saludables, enfermedades diagnosticadas, síntomas y remedios son, por este orden, algunas de las búsquedas que más se realizan, a pesar de saber y ser conscientes de que la información que podemos estar consultando no es fiable.

Quizás uno de los ejemplos más conocidos de información sanitaria falsa y que ha provocado importantes consecuencias en Salud Pública sea el movimiento antivacunas, que sigue generando incertidumbre y poniendo en riesgo vidas. A la amplificación que promueven las redes sociales a cualquier noticia, hay que sumar el principio básico de que una noticia negativa tiene un impacto mayor y se recuerda más y mejor que una noticia positiva.

Este es tan solo el motivo principal en el que descansa la importancia de que los profesionales sanitarios, sociedades científicas y las administraciones públicas participen activamente en la red con blogs y perfiles o páginas en las redes sociales. Si ellos no están, otras personas y entidades menos cualificadas ocuparán su lugar hablando de salud. Dejar que esto suceda es temerario.

Las redes sociales requieren que los profesionales sanitarios y las administraciones públicas salgan de su zona de confort

En la comunicación en salud no llegan los argumentos racionales, ni las conclusiones de estudios rigurosos publicados en revistas científicas, ni las voces expertas de los profesionales sanitarios. A todo ello, hay que añadirle, al menos, confianza, empatía, lenguaje emocional y cercanía. Las nuevas herramientas de comunicación digital deben ser un incentivo más para que los profesionales sanitarios, las sociedades científicas y las administraciones públicas salgan de su zona de confort.

La participación de estos actores es imprescindible. Para hacerlo efectivo hay que desterrar el miedo a la exposición, la sensación de ser torpe con las nuevas tecnologías, superar afirmaciones como “se requiere mucho tiempo libre”, y aprender a sacarle partido colectivo e individual teniendo un conocimiento práctico de las redes sociales.

Uno de los ejes básicos de las redes sociales es el afán colaborativo y el espíritu de ayuda en el fomento del conocimiento. Las redes sociales ayudan a estar informados, a adquirir y compartir conocimientos, a difundir experiencias, informaciones, a contactar con otros profesionales con los que llevar a cabo iniciativas… Ayudan a poner la salud al servicio de la comunidad y de otros profesionales sanitarios.

La participación de actores sanitarios en redes sociales mejora la experiencia del paciente, considerada el tercer pilar de la calidad asistencial. Y es que facilitar al paciente información antes de ir a consulta elimina la barrera de comunicación con el paciente creando un clima de confianza que permite dejar aún lado ese miedo típico del paciente ante una primera consulta.

5 recomendaciones para el uso de las redes sociales por profesionales sanitarios

  • Privacidad y confidencialidad. Asegúrate de no ofrecer nunca datos personales de un paciente y de que éste no pueda ser identificado con la información que se comparta.
  • Es recomendable no ofrecer consejos médicos personalizados.
  • Cualquier contacto que se establezca con el paciente vía online debería ser reflejado en la historia clínica.
  • Evita establecer amistad online con los pacientes.
  • Separa los perfiles o páginas personales de las profesionales.